La historia de Fernando Lázaro: una batalla en equipo contra el linfoma

Los golpes son imprevistos. Si pudiéramos anticiparlos, sin duda los esquivaríamos. Aquel día de 1999, Fernando Lázaro no había pronosticado el puñado de palabras que remecería su vida cuando le diagnosticaron linfoma MALT.

No puedo perder el positivismo vital que es el que me va a venir bien, por mí y mi entorno. Hay que dar muchos pedales todavía

- Fernando Lázaro, paciente de linfoma MALT.

“Cuando me dicen que tengo linfoma es un bofetón importante porque tampoco sabes muy bien qué es y a qué te enfrentas. Te abruma el conocimiento que tienes sobre lo que sabes, porque de alguna manera, al final, relacionas linfoma con cáncer”, explica Lázaro.

Como tras cualquier golpe, quedó desconcertado y un torbellino de preguntas llenó su cabeza. Pero, después de dos décadas y un autotransplante de médula exitoso, el periodista de guerra cuenta su batalla con el linfoma La Vanguardia.

La lucha no ha sido sencilla, pero el optimismo vital de Lázaro, su determinación y la relación de confianza con los profesionales sanitarios que lo trataron fueron algunos de los factores clave en su historia, de la cual es partícipe el Dr. Javier López Jiménez, jefe de Servicio de Hematología-Hemoterapia del Hospital Ramón y Cajal, quien lo ha tratado después del trasplante.

“Desde el principio las cartas boca arriba. El médico dijo: este es el panorama. Dije fenomenal. Yo a lo que me dedico es al periodismo. Lo que quiero es claridad”, narra Lázaro. Para el doctor López, además de una comunicación clara, es importante que los pacientes perciban el esfuerzo y el trabajo en equipo. “Los pacientes tienen dudas y las esperas pueden ser demoledoras. Para ellos lo más importante es ver que nos preocupamos y que hacemos todo lo posible”, señala el médico.

Dr. Javier López Jiménez, jefe de Servicio de Hematología-Hemoterapia del Hospital Ramón y Cajal

Especialmente, al tratarse de una enfermedad oncológica que, según señala el doctor López, tiene una prevalencia estimada de entre 15 y 20 pacientes por cada 100.000 habitantes. El linfoma es un cáncer hematológico producido por la proliferación maligna de linfocitos y, según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad tiene más de 60 tipos.

Es como un equipo unido peleando contra el tumor. La influencia de unos sobre otros es muy notable y se crea una cierta familiaridad que es muy buena. Nos hace llevar mejor el tratamiento y al paciente llevar mejor la enfermedad

- Javier López Jiménez, jefe de Servicio de Hematología-Hemoterapia del Hospital Ramón y Cajal

Por eso, resulta tan importante la colaboración de distintos actores alrededor del paciente. “Hemos creado un ecosistema de trabajo con profesionales sanitarios y pacientes para detectar áreas de mejora y buscar soluciones conjuntas que permitan mejorar la eficiencia de los procesos asistenciales y una mejor atención a los pacientes”, subraya, en este sentido, Pérsida Díaz, Medical Advisor en el área de Oncohematología en Sandoz.

En Sandoz apostamos por la innovación sostenible. Nos comprometemos a aportar un valor real a la sociedad que podamos mantener en el tiempo. “Tanto para los pacientes de hoy, como para los pacientes del futuro”, asegura Díaz. Para lograrlo, trabajamos en equipo con el personal sanitario y los pacientes. Por ejemplo, colaboramos con los profesionales de enfermería como Ascensión Franco, coordinadora del área de hospital de día en el Hospital La Fe de Valencia.

Pérsida Díaz, Medical Advisor en el área de Oncohematología en Sandoz.

“Cuando vas al hospital de día, te encuentras una habitación y estamos pinchándonos cuatro o seis personas. Y, claro, nadie habla”, cuenta López sobre su primera fase con linfoma. Ascensión explica que eso se debe al miedo y que, por eso, es importante que todos los enfermeros “acojan a los pacientes de una manera individual y viendo las necesidades que tiene”.

- Ascensión Franco, coordinadora del área de hospital de día en el Hospital La Fe de Valencia.

Hoy en día, Fernando va bien encaminado en su tratamiento y tiene más certezas que dudas porque “hay que dar muchos pedales todavía”. “Si vuelve a aparecer, le vamos a dar caña. No será plato de gusto, pero le daremos guerra”, asegura el periodista.

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